martes, 29 de noviembre de 2011

Días de transición

Después de las elecciones tristes en un día plomizo, estamos ahora esperando a que se cumplan los plazos legales. Desgraciadamente este es un país de plazos legales. En el Reino Unido el señor Rodríguez Zapatero llevaría ya una semanita en su pueblo inspeccionando nubes y tendríamos un Gobierno que se ocupase de lo que se tiene que ocupar. Pero aquí hay un Gobierno en funciones que aún nos puede dar otra sorpresita de las suyas (¿quizás dedicándose a hacer mudanza con los huesos de Franco?. Hoy amagaban en ese sentido, no es que me importe, simplemente me parece grotesco).

Mientras esperamos Gobierno (o esperamos arruinarmos directamente) la vida sigue. Esta época del año me resulta deprimente, la inminente llegada de las Navidades que me gustan tan poco, la falta de luz, los primeros fríos....

Hablaremos de tenis: me alegro mucho que Federer haya resucitado de repente, sin embargo el futuro inmediato es de Djokovic o alguien nuevo aún sin determinar. Esta semana tenemos la final de la Copa Davis, otra vez en el indigno marco de una plaza de toros, otra vez confiando en la pista de tierra; son cosas de este país que no para de cambiar para quedarse siempre igual.

Pues por hoy basta, mi inspiración no da para mucho más.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Rajoy, el tabaco y las elecciones

Me levanto después de haberme tragado un aburrido debate electoral a cinco bandas y me encuentro que Rajoy había soltado en Antena 3 lo que jamás había pensado oirle, que la mayoría de la gente está en contra de la ley antitabaco y que hay que habría que arbitrar una fórmula. Pero siempre partiendo del principio de no perjudicar al no fumador.

Pues bien, explicaré (por si se da el remoto caso de que alguien de su partido pase por estas páginas) en que consiste el que a mí, no fumador, no me perjudiquen. Se trata de que en mis actividades sociales fuera de casa por ocio, trabajo, relaciones familiares o lo que sea, nadie a quien no pueda, o no me atreva, o me corte el rollo decir que no, me arrastre a un lugar público lleno de humo. (Ya lo hacen a sus casas, cuando me dejo, que son pocas veces). ¿Y qué fórmula va a emplear para que eso no ocurra? Porque mi limitada inteligencia no acierta con vislumbrar con la mencionada fórmula.

Más bien predigo que, como se toque lo más mínimo la actual ley, volveremos a tener bares, restaurantes y discotecas llenos de humo. Como al parecer el despacho de algunos políticos, a los que sus mandados y becarios, por supuesto, no les pueden decir nada.

Hoy he hecho el test de a quien debería votar, del que ya hablé en las elecciones municipales:
http://www.elecciones.es/
y, contrariamente a entonces que me salía que debía votar a IU y UPyD, el resultado sobre los temas nacionales sí que muestra que debería votar al PP. Como entonces dije, mi voto es secreto. Pero bien que me gustaría poder votar a partidos que pensasen en la salud, el bienestar y el progreso de todos, no en las manías personales de sus dirigentes.

martes, 1 de noviembre de 2011

Todos somos Grecia

Normalmente la expresión "todos somos..." se usa para expresar la solidaridad, el sostener a alguien para que no caiga. El día de hoy la uso para lo contrario; los errores de uno ponen en peligro a todos. Es cierto que la irresponsabildiad financiera no ha conocido fronteras ni clases sociales (salvo los más pobres y marginados). Pero el caso de Grecia es especial.

Tengo varios amigos griegos y por diversas razones he visitado ese país bastantes veces, cosa rara en alguien que no es muy aficionado a los viajes. Pero, pese a inventar la democracia, hay que reconocer que desde su pertenencia a la Unión Europea han estado abusando del sistema de forma descarada. Un sistema político en el que los primeros ministros se turnan desde hace unos cincuenta años entre dos clanes familiares no puede ser eficiente. Con una población acostumbrada a hacer trampas hasta en el solitario (es curioso que en el país con menor índice de criminalidad en las calles de Europa el nivel de honestidad personal esté tan bajo mínimos) el cocktel de corrupción y despilfarro está servido.

En el día de ayer, la última vuelta de la veleta en manos del heredero actual de uno de los dos clanes ha vuelto a poner a Europa al borde del abismo. Contengamos una vez más el aliento. En cualquier caso, empiezo a dudar que una Europa hecha con tan pocos mimbres que el último de la fila puede derrumbarla merece realmente la pena.