sábado, 23 de junio de 2012

La Euro y el euro

Pues aquí estamos pasando el mesecito de la Euro que se ha juntado con el del máximo de la crisis del euro. El chiste fácil sobre de cuál de los dos E/euros se iba a ir antes Grecia quedó resuelto entre el domingo pasado y ayer, y es posible que hoy contra Francia se resuelva en el mismo sentido nuestra suerte para España y sigamos (al menos de momento) sólo en el euro.

En general el fútbol de selecciones me parece una cosa un poco rara. Supongamos que mañana la federación nacional a la que pertenece la empresa en la trabajas piensa que lo haces muy bien. ¿Puede por ello llevarte a pasar el verano trabajando para ella mientras la empresa sigue pagando? ¿Y no te resultaría raro que te dijeran que a partir de ahora trabajas para tu país? Pero para un español la cosa es más complicada. Porque resulta que antes de empezar a trabajar te ponen el himno (sí, también muy raro, es cierto). Así que todos a cantarlo a grito pelado, pero el español no tiene letra. Y al jugador español le toca mirar al infinito con cara de circunstancias trantando de parecer muy concentrado y emocionado. Y después de pasar ese trance, si no es mesetario sino de algún lugar pequeñito del noreste, lo mismo se encuentra que al volver a su pueblo en vez de hacerle un homenaje le llaman traidor.

Bueno, eso del himno trataron de arreglarlo y ponerle letra. Pero, claro, casi todos los himnos nacionales hablan de cortar cabezas de vecinos malvados u opresores varios y un himno nuevo no se puede permitir ese tipo de apología de la violencia. Así que las letras que se propusieron salieron sosas, pero que muy sosas, y llenas de tópicos. Hoy en día un himno que contase nuestras verdaderas inquietudes nacionales tendría que hablar de emitir eurobonos, bajar primas de riesgo y cortar la cabeza al déficit, pero  no sé si resultaría tan interesante.

Y eso enlaza de nuevo con el euro. Si todos dicen que de esta crisis se sale con más unidad europea ¿a qué viene organizar este torneo en los que unos países se pelean con otros como si se tratase de batallas medievales?. Menos mal que las hordas futboleras británicas no son ni sombra de lo que eran y ya no invaden y arrasan el continente cual modernos vikingos como acostumbraban. Ahora les han substituido los representantes de lo que el ya algo olvidado secretario de defensa americano Rumsfeld llamaba la nueva Europa. Así hemos podido presenciar interesantes batallas campales de esos entusiastas nuevos europeos antes de que les diesen la patada de salida rápida del torneo, porque futbolísticamente dejan aún mucho que desear. Esto no es el festival de Eurovisión, amigos del Este.

Algo bueno ha traido esta Eurocopa. Debido a la curiosa elección de Ucrania como una de las sedes del torneo, nos hemos encontrado con que el país anfitrión tiene cuidadosamente encarcelada a la jefa de su oposición política. Eso no es lo bueno, por supuesto, sino que para protestar se ha decidido que los políticos de la UE no viajasen a apoyar a sus selecciones respectivas. La pena es que la otra sede no fuese Bielorrusia para aplicar la misma regla, porque allí ni hay oposición. Así que desgraciadamente tuvimos que presenciar en los partidos de Polonia los insufribles gestos de forofo de Rajoy y hasta de la misma "supertacañona" (como hubiesen dicho en el añejo concurso televisivo "123 responda otra vez"). La Señora Merkel dando saltos en el palco es una de las numerosas cosas por las que no me gusta la Euro.

En fin, lo tomaremos más bien como un torneo interno del Real Madrid para celebrar su título de liga. A ver si los que ganan son los madridistas de España, Francia, Alemania o Portugal. A estas alturas, con los madridistas que aún quedan en el torneo formarían todavía un equipo de once que sin duda barrería a los demás. Y al menos jugarían para quienes les pagan.