lunes, 21 de octubre de 2013

Parot y la justicia

Hoy sí que escribo de un tema de "actualidad candente": la doctrina Parot.
Para algún despistado, se trata de una sentencia del Tribunal Supremo que evitaba que los beneficios penitenciarios se aplicasen a reos con múltiples delitos sobre la pena real máxima (30 años) sino que debía hacerse sobre los 30 años de cada una de las penas por la que había sido condenado.
En principio parece razonable que un asesino múltiple condenado en teoría a miles de años no pueda tener los mismos beneficios penitenciarios sobre su pena máxima que alguien que ha cometido un único delito por el que le han condenado sólo esos 30 años.
Como se ve, es un asunto de aplicación de beneficios penitenciarios. Pero el problema es que la sentencia se aplicó para evitar que saliese de la cárcel un terrorista justo unos días antes de hacerlo, es decir, que no se le descontaron los beneficios penitenciarios por tareas ya realizadas con la motivación de beneficiarse (muchas de esas tareas absurdas pero eso no debe importar).
Al cabo de los años, otra condenada por terrorismo ha conseguido que el Tribunal de Estrasburgo (al que parece ser que debe la Justicia española someterse) dictamine que esa sentencia va en contra de los derechos humanos.
El asunto se emponzoñará con los partidarios de no hacer caso a Estrasburgo. Pero está claro, tan absurdo es que un sanguinario asesino (terrorista o de delitos comunes que también los hay) salga de la prisión en poco más de quince años después de haberse cargado a un montón de gente como chapuza fue en su día rectificar sobre la marcha (o sea con efectos retroactivos) lo que se estaba haciendo.
O sea, la injusticia técnica de que estos "señores" hayan pasado varios años de más en la cárcel ha sido por fín desgraciadamente rectificada. Pero, por otra parte, es un alivio que veamos a alguien aplica nuestras leyes con rigor aunque sea fuera de España.
Mi conclusión parece contradictoria, pero el trascurso de este caso lo es más aún.