martes, 25 de marzo de 2014

Adolfo Suárez

La verdad es que mi vaguería para escribir en el blog se ha incrementado, pero teniendo en cuenta que escribí algo cuando murieron Fraga y Carrillo me veo obligado a hacer lo propio con Suárez, el único capaz de entristecer con su muerte a casi todos y eso en este país es algo extraordinario.

Mi impresión sobre él es que ha sido uno de esos personajes históricos que surgen sin saber muy bien cómo. También creo que, pese a haber sido un político franquista nunca tuvo las cualidades propias de un político tal y como lo entendemos ahora. Como todos sus sucesores, apenas sabía nada de política exterior o economía, no sabía idiomas y mucho menos alcanzaba alguna altura intelectual, tan sólo manejaba la política entendida como "un quítate tú que me pongo yo".

¿En qué se diferenció entonces de todos ellos para adquirir la cota histórica a la que antes me refería? Pues en el momento que le tocó vivir y como fue capaz de conseguir que España se diese por fin una tregua en su grandilocuente destino manifiesto imperial o revolucionario y pudiese dedicarse a la vulgaridad democrática de tratar de vivir lo mejor posible día a día. Pero para ello tuvo que tener unas cualidades muy concretas en unas proporciones muy determinadas. Por ejemplo el suficiente valor para afrontar las cosas de frente y jugarse a veces la vida literalmente, pero con sentido común y ni un ápice de temeridad (es fácil y odiosa la comparación con los tres últimos presidentes que nos han tocado en suerte). Y una ambición de país y una conducta ética de las que carecía el único otro presidente de cierta importancia que hemos tenido allá por los ochenta.

Cuando tuvo que hacer politiquilla de la de todos los días no fue tan bueno y se bajó del poder con las orejas gachas como iba a ser el caso y maldición de todos los demás. Le llovieron palos y muy duros, pero la historia le tenía reservado un puesto único mientras que la mayoría de los otros tendrán que conformarse con una simple nota a pie de página. Por muchos pies que pusieran en mesas importantes o acontecimientos planetarios que protagonizasen.