viernes, 17 de agosto de 2018

Aretha Franklin

Otra artista que protagonizó mi ya lejana juventud se ha apagado para siempre. Nunca fuí un entusiasta del soul, aunque todo es relativo. Comparado con El hip-hop y demás basura que nos rodea entraría hoy en día en la caterogoría de música clásica. Pero como me ocurre también con el rock duro, sus baladas me tocan la fibra sensible. De Aretha Franklin hoy destacan su militancia política. Defensora de los derechos civiles y el feminismo, movimientos ejemplares con los consabidos entusiastas bobalicones y fanáticos de hoy en día que nos pretenden adoctrinar todos los días con su verborrea e indignación interminables y que sólo consiguen hartarnos. Pero está claro que nadie recordaría a Aretha si no fuese una artista monumental con una voz prodigiosa. Esa facilidad asombosa para ser suave y estentórea a la vez. En este sentido la canción que para mí es más conmovedora es "Say a little prayer". La forma en que se hace eco de los magníficos arreglos corales con su fraseo es simplemente asombrosa. Hay otras canciones más importantes para los verdaderos amantes del soul y, claro, las "comprometidas" de las que hablan los periodistas no musicales. Pero Aretha era pura música sobre todo. Aunque muchos no se enteren.