domingo, 25 de septiembre de 2011

Las cosas que dejé pasar por vago

Escribo el blog como bebo. Como dice un amigo, a saltos cuánticos (en realidad, si fuesen cuánticos serían saltos muy pequeñitos pero ya se entiende lo que digo). Así que, puestos a hacer listas, voy a hacer una de las cosas sobre las que me hubiese gustado hablar, con breves comentarios. Algunas son de estos días, pero me da pereza ser más extenso.

1) Final del US Open y semifinales de Copa Davis. Al fin Nadal hace algo por el equipo este año.

2) Sigue el follón financiero. Ufff.

3) Sr. Rubalcaba. Penoso incidente que le costará votos, pero comprendo al personaje. En mi trabajo hay alguien que me llama por mi apellido a secas y lo odio (quiero decir la acción, no a la persona, que habrá tratado de elegir equivocadamente un punto medio entre la familiaridad y la adulación.). ¿No se enseña eso en el cole?. Bueno, la enseñanza ha sido precisamente uno de los campos en los que más ha mandado el Sr. Rubalcaba, así que no se queje; tiene los periodistas que ha fabricado su propio sistema.

4) Neutrino más rápido que la velocidad de la luz. Probablemente será explicable, pero lo que mola de la ciencia es que un dato experimental bien contrastado se puede llevar por delante la ortodoxia más establecida.

5) Caida del satélite espacial. Constato que no me dio.

6) Eurobasquet. Algo aburrido, pero ganamos. Pena que el triunfo coincidió con la derrota con el Levante (o quizás, menos mal).

Florentino consigue lo que quería

No es que el Madrid haya ganado otra Copa de Europa (el fracaso no es por nosotros, dice, contagiado de su entrenador; técnicamente bueno, mediáticamente un fantoche patético). Tampoco una liga, lejos quedan ya las que ganó el equipo con Calderón. Más las suyas, la segunda y última en el 2003, la de la infausta noche en que echó a Del Bosque. Lo único este año, la Copa de España y nos la abollamos nosotros mismos. Primero, con el autobús, luego en el barrizal en que Mourinho convirtió la semifinal de la Champions.

Pero por fin ha conseguido lo que quería cuando resucitó como zombie para volver a "salvar" al Madrid. Ya tiene un nuevo proyecto urbanístico en marcha. Una nueva y millonaria operación que sólo le puede suponer aumentar más aún la enorme influencia que mantiene en su negocio.

Quizás algún día nos libremos de esta pesadilla. Pero no parece que vaya a ser pronto. Aunque siempre nos quedarán sus cuatro torres de recuerdo. Más altas que las de Sauron. Y el futuro hotel a la entrada del Bernabeu.

Fiesta en Barcelona

Hoy es un día festivo en Barcelona. La ciudad rival (no sé si les gusta lo de condal) tiene varios motivos para celebrar. El primero es por calendario: ayer fue el día de su patrona y por tanto, hay fiesta programada. El segundo es el que más me duele: el festival Messi de anoche (claro que fue ante los pringados rojiblancos). Y el tercero y el cuarto, sólo espero que sirvan de ejemplo al país entero. La prohibición de fumar en el Camp Nou (para mi horror, esta temporada se han puesto dos idiotas fumadores, uno de ellos de puro, a mi lado en el Bernabeu). Y, sobre todo, la celebración de la última ceremonia ritual de tortura de animales en lo que llaman la Monumental (monumental barbarie) para la que incluso se habla de demolición.

No tengo buena impresión de parte de la historia y parte de los últimos años de Cataluña. Hace pocos días ví en una tertulia de la televisión a un fanático gritar histéricamente, mandándole callar y deseandole la cárcel a otro fascista (pero de ideas contrarias) que estaba acusando a Campanys, presidente de la Generalidad fusilado por Franco, por criminal de guerra (probablemente lo fue; al menos algunos indicios de ello hay en el libro "Homenaje a Cataluña" de Orwell, y no por asesinatos de derechistas precisamente). Su deuda está calificada de basura putrefacta y quizás nos lleve a todos a la ruina. Y lo peor es la actitud de siempre de sus políticos sin parar de incordiar y llorar. Esa Cataluña oficial no creo que caiga bien a casi nadie de cualquier otra Comunidad Autónoma.

Pero en días como hoy, sólo puedo expresar mi particular homenaje a Barcelona, libre de la cruel fiesta nacional de interés histórico y con su estadio de fútbol también libre de humos. En algunos aspectos, aún en cabeza de España.