domingo, 25 de septiembre de 2011

Fiesta en Barcelona

Hoy es un día festivo en Barcelona. La ciudad rival (no sé si les gusta lo de condal) tiene varios motivos para celebrar. El primero es por calendario: ayer fue el día de su patrona y por tanto, hay fiesta programada. El segundo es el que más me duele: el festival Messi de anoche (claro que fue ante los pringados rojiblancos). Y el tercero y el cuarto, sólo espero que sirvan de ejemplo al país entero. La prohibición de fumar en el Camp Nou (para mi horror, esta temporada se han puesto dos idiotas fumadores, uno de ellos de puro, a mi lado en el Bernabeu). Y, sobre todo, la celebración de la última ceremonia ritual de tortura de animales en lo que llaman la Monumental (monumental barbarie) para la que incluso se habla de demolición.

No tengo buena impresión de parte de la historia y parte de los últimos años de Cataluña. Hace pocos días ví en una tertulia de la televisión a un fanático gritar histéricamente, mandándole callar y deseandole la cárcel a otro fascista (pero de ideas contrarias) que estaba acusando a Campanys, presidente de la Generalidad fusilado por Franco, por criminal de guerra (probablemente lo fue; al menos algunos indicios de ello hay en el libro "Homenaje a Cataluña" de Orwell, y no por asesinatos de derechistas precisamente). Su deuda está calificada de basura putrefacta y quizás nos lleve a todos a la ruina. Y lo peor es la actitud de siempre de sus políticos sin parar de incordiar y llorar. Esa Cataluña oficial no creo que caiga bien a casi nadie de cualquier otra Comunidad Autónoma.

Pero en días como hoy, sólo puedo expresar mi particular homenaje a Barcelona, libre de la cruel fiesta nacional de interés histórico y con su estadio de fútbol también libre de humos. En algunos aspectos, aún en cabeza de España.

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