miércoles, 4 de abril de 2012

Aun San Suu Kyi

De vez en cuando conviene recordar que no todos los políticos no son como los que nos aburren a diario. Para empezar, se requiere que nos situemos en un lugar políticamente poco aburrido (lo que generalmente quiere decir insufrible para vivir). Esos lugares se caracterizan por ser gobernados por déspotas, fanáticos y/o zafios ignorantes. Y en esos mismos sitios, desafiando a los tiranos y a sus serviles ovejas, les solemos encontrar: son los políticos heroicos.

Unos personajes capaces de pasar la mayor parte de su vida en una cárcel por conseguir la libertad de sus pueblos. Llámense Mandela, Marcelino Camacho, Orlando Zapata o esta mujer birmana. Pueden tener ideas opuestas sobre el mundo, pero en el fondo les une algo: la falta de odio hacia sus verdugos y la idea de que con la venganza no se va a ninguna parte. Y lo mejor es que la mayoría triunfa. Aun San Suu Kyi está ahora mismo en ello.

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