martes, 9 de agosto de 2011

¿Apocalipsis veraniego?

Llevo unos días en la playa y al fín he pillado una red en la que colarme (uno es un poco cutre para estas cosas; los precios de Internet móvil son de risa). Y la verdad no sé que comentar, hay tantas cosas y todas malas:

a) la deuda USA, las agencias de calificación y sus primas (de riesgo, a ver si usan preservativo las muy guarras de una vez)
b) Londres en pie de guerra, que forma de llevarse teles chulas por la cara. Desde hace tiempo tengo la impresión que los policías ingleses han terminado siendo más tontos que sus colegas franceses de los que siempre se han reido tanto (veáse la Pantera Rosa)
c) Lloret en pie de guerra en versión playera, o sea, chunga y borracha
d) Madrid, que es mi tierra con sus indignados, algo más civilizados después de todo, dando la murga ambulante
e) y también en Madrid tendremos en breve a los jovencitos papistas de la JMJ con sus guitarras, duelo en la cumbre de juventud paliza. Casi prefiero a los de Lloret.

En octubre de 1962 siendo un niño muy pequeño pero también muy repelente y concienciado lo pasé realmente mal pensando que llegaba el apocalipsis en forma de guerra termonuclear. Así que las diversas formas de este apocalipsis veraniego tampoco me impresionan tanto. 99 bolsas en rojo flotando (o hundiéndose) en el cielo estival, que cantaría ahora Nena, en versión financiera actualizada.

A mí, en directo y mientras los bancos no dispongan de otra cosa, me afecta más el mini-Lloret a base de gritos y alaridos de la disco cercana que me despierta a las seis de la mañana. Los niños saliendo de sus habitaciones a la carrera para ir a la piscina que me despiertan de la siesta por el mismo procedimiento (gritos y alaridos). Los mosquitos, que este año están particularmente indignados. Y así un largo etcétera, en espera de los de la JMJ que tendré que soportar a la vuelta (no mucho, soy de Madrid del norte). Evidentemente la JMJ no me concierne por no ser joven ni papista. Eso sí, podría apuntarme a un concurso de confesiones fuertes en los confesionarios del Retiro, lo mismo ganaba algún premio.

Voviendo al Apocalipsis veraniego, pese a todo, soy de los que piensan de que nos dejen como estamos (la Virgen o quien sea). Bueno... mejor con otro Gobierno, si no es mucho pedir.



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