martes, 7 de febrero de 2012

Aborto, matrimonio homosexual, concordato y demás entretenimientos

Está claro que los partidos políticos se han cansado, no saben o prefieren no hablar de economía, que es lo que nos preocupa. Así que han buscado en el fondo del sombrero de trucos zapateriles y lo han encontrado lleno de conejos con los que llamar la atención.

Tenemos lo del aborto. Está claro que la ley nueva no convence a casi nadie por lo extremista de algunos aspectos (lo de que los padres no tengan que saber que su hija va a abortar, por ejemplo). Esa ley fue tomada en su día directamente de las reivindicaciones del feminismo más radical sin el más mínimo matiz, también con la intención de provocar y distraer. Lo lógico sería reformarla de mutuo acuerdo entre los dos principales partidos (quitando ese punto, la despenalización en cualquier caso de la madre, o sea que pueda matar a su hijo un minuto antes de parir pero no uno después) y otras barbaridades semejantes. Quizás además limando el periodo de libre elección en un par de semanas y excluyendo el supuesto psicológico definitivamente para las 22 primeras semanas tendríamos una ley de larga duración lista. Pero no, hay que armar bulla. Ahora hay que volver a la ley anterior según el PP. Pues muy bien, tendremos una ley muy restrictiva o un coladero con lo del supuesto psicológico, según les dé. Y aguardo con curiosidad los comentarios de la Iglesia ante el hecho de que "su" PP escriba una ley del aborto, sea cuál sea. Dará mucho juego.

Matrimonio homosexual: más de lo mismo. Se podría haber hecho una ley consensuada en la que se reconociesen unos derechos para las parejas homosexuales que lo deseasen totalmente homologables a los del matrimonio, incluyendo el de usar ese mismo nombre. Pero no, se hizo lo que quiso el Señor Zerolo. Que fué el absurdo de quitar la referencia al hombre y la mujer en la ley que ya había sobre el matrimonio. Claro que no pudieron borrar eso mismo del artículo de la Constitución que desarrolla tal ley. Lo advirtió el Consejo de Estado, pero Zerolo al parecer sabía más. Resultado: está en el Tribunal Constitucional, unos miles de ciudadadanos sin saber si su matrimonio es válido y, eso sí, de nuevo, mucha polémica y mucho que hablar.

Concordato con la Santa Sede. Primero debo decir que no soy partidario. ¿Porqué una religión puede tener una serie de derechos adquiridos por muy mayoritaria que sea (que ya no lo es tanto)? Pero el asunto es que el tal Concordato fue prorrogado indefinidamente, por cierto por un Gobierno del PSOE, por lo que denunciarlo sería un verdadero embrollo legal. Pero claro, en el Congreso del PSOE no había al parecer ningún asunto del país más importante del que hablar y como, además, suponen que estarán en la oposición una buena temporada, pues nada, a decir que lo denunciarán. Por supuesto, cuando estén en condiciones de hacerlo, será otra buena distracción de lo que pase en la vida real por entonces.

Lo de cambiar "Educación para la Ciudadanía" por "Educación Cívica y Constitucional" se comenta por sí mismo. Como lo de que la ESO (vaya nombrecito) acabe un año antes de que acabe el periodo de escolarización obligatorio y que ese año que sobre se dedique a primero de Bachillerato o FP. Imagino la motivación de los alumnos que no vayan a seguir durante ese año, mucho no se van a estresar, me parece a mí. Pero la cuestión es cambiar cosas y armar bulla. Mientras, seguimos pretendiendo que se estudia una educación bilingüe en la que unos profesores enseñan todo tipo de materias balbuceando en una lengua no nativa que apenas dominan. Eso donde no tienen inmersión linguística en el idioma de la terruña. Lo raro es que enloquezcan tan pocos alumnos. Bueno, quizás lo hagan en el futuro. En ese caso, tendrán un buen futuro como políticos.

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