lunes, 13 de febrero de 2012

Whitney

Con Whitney Houston se va un trocito de vida de muchos de nosotros, esos recuerdos fugaces de otra época, entre 1986 y 1995 en la que ella reinó. La ví en la plaza de toros de las Ventas a finales de los ochenta, una de las pocas veces que he pisado ese antro de tortura. Pero no lo recuerdo como una ocasión especialmente emocionante.

Más bien la asocio a cierta mañana de domingo de primeros de los noventa en el que algún vecino no identificado estuvo reproduciendo "I´ll always love you" cientos de veces seguidas. En cualquier otro caso, algo así me hubiese producido un ataque de nervios, pero tratándose de Whitney no me importó. Esa canción country de Dolly Parton quizás sea lo que la gente más recuerde de ella, de la espectacular voz de la sobrina de la también inmensamente grande Dionne Warwick.

De lo otro, qué decir. De todos los artistas muertos en similares circunstancias me quedo con que quizás ella ha sido la que más cerca ha estado de escapar, la que últimamente parecía que iba a mejor, no a peor. O quizás no, era todo marketing. Su muerte, en un hotel de Berverly Hills tan parecido al mítico Hilton de Miami donde se rodó "El guardadespaldas" no hubiese extrañado a nadie desde ya hace años. Eligió despedirse a lo grande. Como era ella.

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