domingo, 15 de mayo de 2011

Ateismo, anticlericalismo y acoso

Últimamente me llamó bastante la atención lo de la procesión atea proyectada para Semana Santa en Madrid (hace un par de días que se celebró y, predictiblemente, no fue ni Dios). El asunto comenzó pareciéndome lo que era (una payasada radical, que sólo tuvo notoriedad cuando los talibanes del bando opuesto pusieron el grito en su cielo y el gobierno comenzó tímidamente a ver dislumbrar algún provecho electoral por eso de "mantener la tensión"). Pero al final teminó levantando mis profundos y algo reprimidos sentimientos anticlericales.

Me explico, que mofarse públicamente de la religión, por muchas simpatías que me produzca, es de friquies a estas alturas de la película me parece bastante claro. Pero que prohiban hacerlo, es otra cosa. Al final terminé apuntándome a un foro ateo para descubrir que estaba formado por un montón de pedantes con ideas de primeros del siglo pasado (o anteriores). En fin, no era lo mío.

Respecto al límite está claro. El acoso religioso en intolerable. El ponerlo de pretexto para que nadie pueda opinar que la religión le parece algo ridículo, es igualmente intolerable. En cada momento, si tengo que elegir iré con quién menos apoyos del poder tenga (aquí y ahora no está nada claro, así que paso de los dos bandos).

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